Manifiesto 2023
Volvemos para reclamar el poder expresar nuestras sexualidades, géneros y formas de amar: tal como nos fueron heredadas por nuestres ancestres. Con el deseo y las fuerzas para resurgir entre las mentiras impuestas, para arrebatar la dignidad y libertad que nos condicionaron a perder, tanto en la vida como en la muerte.
Con machetes y palas afirmamos que estamos y seguimos siendo. Nuestra respuesta renace en tiempos y espacios disidentes. Nuestra sabiduría se vuelve omnipresente.
Defendemos el agua, la montaña, el aire y las flores.
Defendemos la vida y el derecho a morir dignamente.
Hace siglos que soñaban con nosotres, con que llegáramos hasta aquí. Nuestras ancestres sabían que para cosechar hacía falta contemplar la luna, que para curar se necesitan plantas. Exigimos convertirnos en ese sueño; nuestro arte es imaginarnos realidades más allá de sus Estados, sus límites y sus fronteras.
La violencia generada por el norte global causa un hermoso caos en nuestros sures. Nos movemos, nos mudamos, nos trasladamos y migramos para dejar atrás, para olvidar y sanar.
Invalidan nuestros saberes, luego van a nuestras tierras, nos arrebatan territorio y roban nuestros conocimientos para proclamarlos propios y una vez más desposeernos de ellos.
Desde los muros de Melilla a tierras palestinas, de Abya Yala hasta Kurdistán y muchos otros lugares marcados por las políticas de muerte, nos enfrentamos a una realidad de opresión y violencia que se ejerce sobre todo lo que no es “norte global”
Con el machete en la mano cortamos lo que nos fue quitau. Sabemos que cuanto más occidental, blanco y hegemónico es el pensamiento en el territorio, menos posibilidades hay de tener soberanía sobre cómo honrar a la naturaleza.
Reconstruimos el presente, con el vivir bien. la suma qamaña, el Ïe cho que nuestres ancestres heredaron, para aprender a morir en conjunción con el mundo tanto humano como no-humano. Nuestras vidas intentan ser borradas por los discursos de muerte, pero nosotres resurgimos y reverdecemos como hongos, plantas y flores cuando llega la lluvia.
Supimos y sabemos que una y otra vez habremos de defender lo que somos y cómo somos.
Supimos y sabemos que seguirá habiendo muerte para que haya vida.
Supimos y sabemos que para vivir, moriremos.*
Nosotres somos brotes con memoria que resiste eternamente a desaparecer. En una realidad donde nuestrxs cuerpxs son nuestras máximas fronteras decidimos construir comunidad, al igual que en nuestros territorios, para exigir el derecho a nuestra existencia. Generando en conjunto chakiñanes por los cuales transitar juntes, para acompañarnos y transformar ese camino en una vereda cada vez más habitada por nosotres: cuerpxs racializadxs de los sures globales.